De nuevo como cada año entramos en este tiempo especial de la Cuaresma. Especial porque en el sur se vive de una manera distinta con un sinfín de preparaciones para las procesiones de la Semana Santa, que como una catequesis por la calle nos enseñará el amor más sublime de un Dios a su pueblo.
Comenzamos los cristianos con un signo externo de conversión, la imposición de las cenizas, que tiene que marcar el espíritu de estos 40 días. Nuevos propósitos de enmienda, nuevos proyectos de vida cristiana, de querer ser mejores, de salir de ciertos pecados, en definitiva y como popularmente se dice, de ponernos a buenas con Dios.
Comenzamos los cristianos con un signo externo de conversión, la imposición de las cenizas, que tiene que marcar el espíritu de estos 40 días. Nuevos propósitos de enmienda, nuevos proyectos de vida cristiana, de querer ser mejores, de salir de ciertos pecados, en definitiva y como popularmente se dice, de ponernos a buenas con Dios.
Para ello nuestras hermandades nos ayudarán a entrar en ese misterio a través de los cultos a las distintas imágenes, que siempre nos indicarán el camino hacia el Señor y su bendita Madre. También es tiempo para hacer uso de nuestros sacerdotes pidiéndoles el sacramento de la reconciliación, confesándonos con ellos, para que ellos nos den el perdón de Dios, una palabra de ánimo, y nos limpien el alma para vivir la cuaresma santamente.
Aprovechemos las armas que nos da la Iglesia: ayuno, oración y limosna, para que lleguemos a la Semana Santa con el corazón preparado, y podamos disfrutar de las procesiones, y vivir y celebrar con mayor gozo el Triduo Pascual el jueves y Viernes Santo para terminarlo el Sábado Santo con la Resurrección de Jesús. No olvidemos nunca que la misa más importante de todo el año es la Vigilia Pascual donde celebramos esta resurrección del Señor, y que todos los cristianos debemos vivir.
Aprovechemos las armas que nos da la Iglesia: ayuno, oración y limosna, para que lleguemos a la Semana Santa con el corazón preparado, y podamos disfrutar de las procesiones, y vivir y celebrar con mayor gozo el Triduo Pascual el jueves y Viernes Santo para terminarlo el Sábado Santo con la Resurrección de Jesús. No olvidemos nunca que la misa más importante de todo el año es la Vigilia Pascual donde celebramos esta resurrección del Señor, y que todos los cristianos debemos vivir.
D. José Antonio Gallego Gordillo
Vicario Parroquial de Aguilar de la Frontera