En esta entrada quiero dejaros con un fragmento del Pregón de Semana Santa de 1983 a cargo de D. José Antonio Sicilia Cañadillas, que la Cofradía de Nuestro Padre Jesús de la Humildad ha subido recientemente a su Facebook. Este pregón fue pronunciado el 20 de Marzo de 1983 y el autor lo titulo "PREGON DEL AMOR". Os dejamos un fragmento que dice así:
Cristo nació, vivió, murió y resucitó para ser Ejemplo de Vida. La profunda belleza de su Mensaje Divino tenía que convertirse necesariamente en un ejemplo para todas las generaciones. Nada más lógico que toda su Pasión, su Vida entera se hiciera Rito para llegar al corazón de aquellos a quienes estaba destinado su Mensaje y así recordar que vino al mundo para salvar a todos del pecado de ingratitud hacia Dios, Eje, Prisma, Luz y Fin del hombre todo.
La Historia de la Iglesia no solo recoge el contenido religioso, filosófico, moral y humano del mensaje de Cristo, sino que lo ha enriquecido, elevado y hecho asequible, hasta darle toda la dimensión de la que es capaz. En ella, surge la representación plástica de la Vida de Cristo plasmada en imágenes que tienen una finalidad única: recordar cada año, desde que Cristo vino al mundo, la Pasión profunda de la Entrega del Hijo del Hombre para la redención de los pecados. Hay pues un profundo significado religioso en todos y cada uno de los pasos que constituyen el Rito de la Semana Santa. Cada imagen, aglutina un momento de la Vida de Cristo y nos lo hace cercano en el espacio y en el tiempo. Dios que se hizo hombre a través de su propio Hijo, ilumina al artista, al orfebre, al pintor, para hacer que los hombres por su mediación se acerquen a la Realidad Divina. Y esa realidad tiene que estar a la altura de los hombres, comprensible a la pobreza espiritual de los hombres, muy cercana a la vida diaria. Las imágenes de la Pasión de nuestra Semana Santa son tremendamente humanas, descarnadamente dolorosas, expresivamente cercanas al dolor que como seres humanaos sentimos a lo largo de nuestras vidas y por el que nos acercamos al que sufrió y sintió Jesus
Viendo a Jesús el Nazareno, el corazón de los hombres se enternece ante la vergüenza infringida al Gran Justo, al Hombre que lo dio todo por Amor para ser ejemplo de Vida, cargando la Cruz de la Pasión, voluntariamente aceptada, con la seguridad de que Dios Todopoderoso estaba al final de su Camino. Cristo hombre, habla así directamente al corazón de los demás hombres en la Semana Santa.
Que nadie ponga en duda la validez del Gran Rito. Que nadie desde su situación personal prescinda del significado profundo del mensaje de amor que encierra. Que nadie se atreva a juzgar anticuado e inútil que en 1983, cientos de hombres se agrupen en torno a una imagen que muchos consideran arcaicas y fuera de lugar. A ellos habrá que recordarles que hoy, ahora mismo, esta sociedad está empantanada hasta la saciedad en modas, costumbres y ritos que lejos de ayudar destruyen. Que no aportan al hombre niño pobreza e indigencia humana y moral. Mientras que en contrapartida, el Rito de la Semana Santa sigue ahí, pleno de vigencia, llamando a la conciencia de los hombres, quizás escandalizando a unos, sorprendiendo a otros, pero también apoyando en su fe personal y digna de todo respeto a una mayoría que ve en sus Imágenes a Cristo y mediante ellas se acercan al dolor, al sacrificio y la entrega que realizó por los hombres, en nombre del Amor.
"EL ALMA DE UN RITO SAGRADO"
Como hombres vivimos apoyados continuamente en un sinfín de ritos. La especie humana necesita los ritos para vivir, para sentir, sujetando su vida en normas, credos y costumbres. Los ritos son calificables según la importancia moral y real que los sustentan. La Semana Santa constituye sin duda alguna el Rito por excelencia, la norma fundamental, el camino repetido hasta la saciedad que posee en si mismo, una esperanza de Vida, una meta para el hombre, un destino hacia lo eterno e inmutable.Cristo nació, vivió, murió y resucitó para ser Ejemplo de Vida. La profunda belleza de su Mensaje Divino tenía que convertirse necesariamente en un ejemplo para todas las generaciones. Nada más lógico que toda su Pasión, su Vida entera se hiciera Rito para llegar al corazón de aquellos a quienes estaba destinado su Mensaje y así recordar que vino al mundo para salvar a todos del pecado de ingratitud hacia Dios, Eje, Prisma, Luz y Fin del hombre todo.
La Historia de la Iglesia no solo recoge el contenido religioso, filosófico, moral y humano del mensaje de Cristo, sino que lo ha enriquecido, elevado y hecho asequible, hasta darle toda la dimensión de la que es capaz. En ella, surge la representación plástica de la Vida de Cristo plasmada en imágenes que tienen una finalidad única: recordar cada año, desde que Cristo vino al mundo, la Pasión profunda de la Entrega del Hijo del Hombre para la redención de los pecados. Hay pues un profundo significado religioso en todos y cada uno de los pasos que constituyen el Rito de la Semana Santa. Cada imagen, aglutina un momento de la Vida de Cristo y nos lo hace cercano en el espacio y en el tiempo. Dios que se hizo hombre a través de su propio Hijo, ilumina al artista, al orfebre, al pintor, para hacer que los hombres por su mediación se acerquen a la Realidad Divina. Y esa realidad tiene que estar a la altura de los hombres, comprensible a la pobreza espiritual de los hombres, muy cercana a la vida diaria. Las imágenes de la Pasión de nuestra Semana Santa son tremendamente humanas, descarnadamente dolorosas, expresivamente cercanas al dolor que como seres humanaos sentimos a lo largo de nuestras vidas y por el que nos acercamos al que sufrió y sintió Jesus
Viendo a Jesús el Nazareno, el corazón de los hombres se enternece ante la vergüenza infringida al Gran Justo, al Hombre que lo dio todo por Amor para ser ejemplo de Vida, cargando la Cruz de la Pasión, voluntariamente aceptada, con la seguridad de que Dios Todopoderoso estaba al final de su Camino. Cristo hombre, habla así directamente al corazón de los demás hombres en la Semana Santa.
Que nadie ponga en duda la validez del Gran Rito. Que nadie desde su situación personal prescinda del significado profundo del mensaje de amor que encierra. Que nadie se atreva a juzgar anticuado e inútil que en 1983, cientos de hombres se agrupen en torno a una imagen que muchos consideran arcaicas y fuera de lugar. A ellos habrá que recordarles que hoy, ahora mismo, esta sociedad está empantanada hasta la saciedad en modas, costumbres y ritos que lejos de ayudar destruyen. Que no aportan al hombre niño pobreza e indigencia humana y moral. Mientras que en contrapartida, el Rito de la Semana Santa sigue ahí, pleno de vigencia, llamando a la conciencia de los hombres, quizás escandalizando a unos, sorprendiendo a otros, pero también apoyando en su fe personal y digna de todo respeto a una mayoría que ve en sus Imágenes a Cristo y mediante ellas se acercan al dolor, al sacrificio y la entrega que realizó por los hombres, en nombre del Amor.
Fuente: Facebook Cofradía Humildad Aguilar de la Frontera
