Vuelven los ciclos de cada año, y así también vuelven los
llamamientos. Hay llamamientos para las rebajas, para las compras navideñas, para
las vacaciones de verano… y es inevitable que ante la entrada de la cuaresma no
hagamos de nuevo un llamamiento a la conversión. Es un hermoso tiempo para
hacernos un chequeo espiritual. Para ver cuántas cosas nos prometimos a
nosotros mismos el año pasado y se quedaron sin hacer. Es tiempo de retomar las
buenas costumbres cristianas y de aumentar en nosotros el deseo de ser mejores.
La cuaresma comienza hoy, Miércoles de ceniza, con el rito de la imposición de las
cenizas, que tiene dos frases que nos ayudan a entrar en la conversión: “Recuerda que polvo eres y al polvo
volverás” y “Conviértete y cree en el
Evangelio”. Una de esas dos frases nos dirá el sacerdote cuando nos imponga
las cenizas.
Recuerda que polvo eres y al polvo volverás. Nos hace tener
presentes el momento de nuestra muerte, cuando volvamos al polvo, para pensar
¿qué dejaré en la tierra? ¿Habré dejado solo bienes materiales: casas, campos,
posesiones…? ¿O habré dejado buenas obras fruto de mi ser cristiano? ¿He
cumplido con lo que me mandaba Dios y lo que me exigía mi condición de
bautizado? ¿He olvidado mi fe viviendo a espaldas de Dios, sin tenerle en
cuenta, sin ir a misa, sin frecuentar los sacramentos? Al polvo volverás, o
sea, moriremos y a ver cómo nos presentamos a Dios.
Conviértete y cree en el evangelio. Convertirse es cambiar de
dirección, ir por otro camino, para llegar a otro destino. Si por donde voy no
me lleva a la santidad, si por donde voy no está Dios, es hora de cambiar.
Escuchar las palabras del Evangelio donde Cristo nos muestra un camino seguro,
un camino de amor, un camino de salvación. Creer en el evangelio.
Para ello, para ayudarnos en la conversión nuestras
hermandades celebraran todos los cultos, encuentros con la misericordia del
Señor, tendremos los lunes de formación cofrade, tendremos muchas charlas que
nos acercarán a Dios. Ojalá que estos días de cuaresma no se queden solo en el
aspecto superficial y estético de lo cofrade sino que nos ayuden interiormente
para llegar a nuestra gran Semana Santa con un espíritu renovado.
José Antonio Gallego Gordillo
Vicario Parroquial de Aguilar