miércoles, 14 de marzo de 2012

Nuestra Historia: Jesús Caído, "Cristo de las dos Salidas", y la Virgen de los Remedios

Como ya sabéis, la Revista Sayones 2012, estandarte de nuestra Semana Santa y nuestra Cuaresma, se encuentra a la venta desde hace unas semanas por las distintas Cofradías, la cual recomiendo que compréis ya que de esta forma podréis ayudar a las Cofradías y, además, recoge textos, fotos e información de gran interés.


En esta ocasión quiero escribir esta entrada para rescatar un artículo que se escribió en la Revista Sayones de 2010, por M. Arjona M.con título "Jesús Caído, "Cristo de las dos Salidas", y la Virgen de los Remedios", uno de los artículos que más aprecio le tengo por la carga histórica que conlleva sobre nuestra Semana Santa. El texto dice así:



"A vueltas con la historia de la Semana Santa de Aguilar, y por ende de Jesús Caído en particular, paremos el péndulo del tiempo, situémonos a mediados del siglo pasado.


Es de considerar como su canastilla, de 1948 ahora en restauración integral, marca uno de los hitos en la historia de la Cofradía y de la Semana Santa de Aguilar, pues con motivo del tamaño tan enorme, no puede ya tener cabida en la Iglesia de la Veracruz, donde pernoctaba a la espera del segundo recorrido junto a la Virgen de los Remedios el Jueves Santo, quedando su recorrido el Miércoles Santo como se conoce en la actualidad, dejando de ser conocido como "el Cristo de las dos Salidas", una el Miércoles y otra el Jueves. Sumándose a dicha razón el hecho de que la procesión al llegar al Llano de las Coronadas veía reducido su acompañamiento, por retirarse los fieles a ver salir la Virgen del Mayor Dolor, en uno de los momentos de mayor esplendor de la misma.


Por ello, se acuerda trasladar la procesión oficial al Miércoles Santo. De este modo, se invierten los términos, siendo la Virgen de los Remedios la que acompañe a Jesús Caído el Miércoles Santo, trasladándose la Imagen de la Virgen el Martes Santo al templo carmelita durante los años 1948 y 1949.


En el año 1950, se suprime dicho traslado, manteniéndose, no obstante, la procesión de las dos Imágenes en el Miércoles Santo. El citado cambio suscita fricciones entre ambas Hermandades, negándose la de "el Caído" a volver al estado anterior.


El primero de abril de 1951, tras la muerte del Hermano Mayor D. Agustín Aranda Romero, quien había tomado la decisión de no pernoctar la noche del Jueves Santo, sucede en el cargo su hijo Agustín Aranda Gordo, quien lo ostentaría hasta 1971 de -manera oficial-, manteniendo la decisión de este preclaro Hermano Mayor, que con el paso del tiempo se convirtió en tradición.


Finalmente, como desenlace del proceso a través del cual se configura el Miércoles Santo tal como hoy lo concebimos, los Rememdios, desde 1951 retoma su salida del Jueves Santo, realizando estación de penitencia por separado ambas Cofradías desde entonces.


Dejando de ser conocido Jesús Caído como "el Cristo de las dos salidas", una el Miércoles y otra el Jueves. Conmemorándose en el año 1998 el 50 aniversario de esta efeméride, mediante la presentación por el infrascrito, de un cartel en el que aparecía tras la imagen de Jesús Caído la insigne Torre del Reloj -Torre de Carlos III, que dictó la pragmática del indulto que liberó por aquel entonces un preso en Aguilar-, ya que en aquel año de 1948 se acordaría que formase parte del itinerario el citado entorno monumental.


Recordado este aniversario, así como su origen, EL PASO DEL CAÍDO QUE AHORA SE RESTAURA, digamos, pues, que estos acontecimientos y hechos materiales su suman en el "haber" de la Hermandad Penitencial, en las postrimerías del siglo y milenio.


Terminemos el presente artículo diciendo que estos hechos suceden en palabras del fundador del primer Convento de Carmelitas Descalzas, que nos es otro que el piadoso de Yepes, San Juan de la Cruz, no por gracia ni hermosura, sino por un no sé qué que se halla por ventura.


Sirva este modesto artículo para el recuerdo de todos los que lucharon por esta tradición, que hoy no están y que fueron arrancados de entre nosotros, por la tiranía implacable del paso procesional en el tiempo; que es la existencia personal.


M. Arjona M."

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